lunes, 11 de octubre de 2010

Historias del Nahual.....


de Miguel Ramos

…..José se sienta en el pequeño jardín de una casa de interés social, tiene un ojo lloroso, es la nostalgía, su mujer y su primogénito se han ido, el Negro José, su himno, nunca más se volverá a escuchar de la misma forma. Le quedan 5 hijos, unos casados, otros vueltos a casar o a juntar, varios, varios nietos; su taller de maquila, un mito, tan místico como cuando caía la noche en la huerta de Itzamatitlán, la que perdió porque su hija la dejó como aval por un préstamo para comprar madera. En aquellos días Lencho y su familia te recibían en la puerta, bajaban las maletas y conducía hacía las habitaciones de visitas que se encontraban en el ala frontal de huerta, ya ahí la alberca, siempre con agua caliente listos para los clavados, la salida por supuesto, hasta que los dedos tuvieran escamas de tanta agua, las comidas increíbles todo lo que se pueda imaginar hasta hartarse, llegada la tarde los paseos en caballo, o en carreta, por el campo entre arboles altísimos, con el sílbido del viento entre las ramas en parajes largos, sinuosos, hasta el río.
Ya entrada la tarde noche, saliendo de la alberca y bien cenados la plática, antes debo mencionar la entrada, con un foco de aditivos metálicos y la imponencia de la negrura de la noche del campo donde solo podían apreciarse los ojos de algunos conejos curiosos que después eran presa de las lampareadas donde se cazaban para al otro día comer a las brasa o al pastor, cualquier otra cosa no era distinguible.
- Tío, cuentanos la historia del Nahual – todos a coro, - Bueno pero no salgan de la huerta o vayan a esta hora para la parte de atrás. Todos en silencio, con nerviosismo, pero con el oído abierto para el relato.
- El Nahual es una persona que puede convertirse en cualquier animal como un burro, un perro, un cerdo y un toro. Siempre andan solos, cuando está entre otros animales, se muestra inquieto y tiene miedo. Cuando se convierte en perro, su color es negro.
Dicen que para que el Nahual se aparezca, se tiene que echar un sombrero frente a él. Antes un señor se convertía en Nahual y se iba a traer frutas a los lugares lejanos. Tenía que cruzar barrancas, pero para ese animal no era problema porque bastaba un ligero salto. Lencho se lo ha encontrado, dice que tiene la mirada pérdida, ojos de comal y no obstante sus poderes, no eran insuperables ya que se les aconsejaba a la gente en los pueblos que para que no entrasen a hacer daño a sus casas era bueno usar como protección una navaja de piedra negra en una escudilla de agua, puesta tras la puerta, o en el patio de la casa de noche. Como esa se fijan?.
Rápidamente volteamos a la mirada junto al árbol de la canasta de basket clavado la navaja. Tenía unas tijeras en cruz, romero y unas agujas que siempre ponía debajo de la cama Se cuenta que la Sra. Justina López, vecina, no sé porque le pegó a la hija del brujo insultándola. Él la miró fijamente y vaticinó: “Usted cállese la boca porque mañana se va acordar de mí”…..pero no le creyó porque siempre amenazaba “Quita eso y veras como sí entro”. Afirmaba que el entraba aún cuando Don Apolonio estuviera, y que sin que se dieran cuenta se había encontrado entre los cuatro de la familia, cuando estaban cenando pero por la protección, nunca había podido tocarlos.
Doña Justina no pensó que le fuera a hacer algo pero al siguiente día grito desesperadamente ¡Lucha! ¡Lucha! Ven verme, mira lo que me hizo ese perro.- ¿Qué te hizo? – redijo en tono de desesperación Lucha la mayor. Justina con rabia y llanto incontenible, le mostró las mordidas que tenía en la zona de la ingle en las dos piernas, eran unas mordidotas tan grandes que no podía caminar. – Tío y la casa no tenía protecciones? – preguntamos. – Si. Pero en la pieza donde la Sra. durmió esa noche al pelearse con Don Apolonio, no. Desde entonces la gente se mete a las siete porque el brujo se convierte en perro y se brinca las bardas a partir de las ocho, hace destrozos y si puede se mete a las casas. Su ladrido es feo y sus ojos se ven rojos, relumbrosos. Cuando llovía mucho en la orilla del pueblo, porque era pequeño, de seis o siete cuadras a cierta hora se veían a los nahuales convertidos en bolas de lumbre que subían y bajaban en el aire. Las personas se sentían atraídas por su brillo como canto de Sirenas o encantados por la flauta de Hamelin, así en trance y embobados, la bola de fuego se los llevaba, los confundía, y los perdía en la sierra. Las bolas de fuego eran los brujos. Todos los brujos eran nahuales.
Cuentan también que uno de los nahuales que salía a chupar a los niños siempre se quitaba los ojos antes de salir y los dejaba en un traste, una de sus hijas sin darse cuenta lo arrojó a las brasas con todo y ojos. El nahual al regresar a su casa los buscó y buscó y cual sería la sorpresa al darse cuenta que los habían arrojado al fuego. Quedó ciego y ya no volvió a hacer mal ni a salir. Bueno es hora de dormir!!!!!.....Todos sobrecogidos caminábamos en bola hacia los cuartos recorriendo todo el patio desde la casa grande, con la mirada del tío detrás de nosotros sentado en su silla como la imagen del jardín de interés social que describo 30 años después de aquel relato que hacía excitante cada vez que nos tocaba ir a la huerta…..La vida enseña que hay gente que toda su vida queda convertida en humano disfrazando el perro negro que vive dentro de ellos…..


Registro de Autor : 03-2006-031713105000-01

viernes, 8 de octubre de 2010

Una tarde de Tele.....


de Miguel Ramos

En 1978 un personaje conocido por todos nosotros, el Tío Gamboín (Padre de Chabelo) conducía “Una Tarde de Tele”, frase que para gente de nuestra época englobaba la programación mágica y sana de la barra de caricaturas de Canal 5, cursábamos entonces el tercer año de primaria disfrutando a la salida de una semana de escuela de los sabrosos helados Danesa 33 en los cascos de la NFL, después de comer una hamburguesa Burger Boy o Tomboy según el gusto. Era una época difícil y de cambios, México era vapuleado literalmente en el Mundial de Argentina, Juan Pablo II era electo Sumo Pontífice, Star Wars daba un giro al cine y la música Disco vivía sus últimos momentos antes de dar paso al rock de bandas y sus extravagancias; imaginar entonces a una Ranma ½ o a un Dragon Ball Z estaba muy lejos de pasar por las mentes de un Hanna Barbera o un Depatie Freleng.
La risa que de nosotros salía la sacaba un estornudo de dragón en Ahí viene el cascarrabias , persiguiendo a la Princesa Amanecer, Beep y Terry en busca la llave de cristal escondida en la cueva de las orquídeas susurrantes, había suspenso y drama, no con esquemas tan complejos como el de los Caballeros del Zodíaco o Yugi Oh, sino con algo más humano como la historia de Remi junto a Capi, Servino, Dulce, Corazón Alegre y el Sr. Vitalis o Candy Candy con su vida errante, la tragedia de su Anthony y su amor incomprendido por el gallardo Terry. Takeshi y Kogi hacían ver su suerte a la Señorita Cometa con su acostumbrada calificación baja o su tache en la mejilla regañada por el profesor, mientras Chivigón acababa con la leche de la despensa. Cachito cumplía su penitencia en la tierra por haber aconsejado a la Princesa Zafiro que se formará en la fila de los bebés por nacer para pedir un corazón azul de niño cuando ya tenía uno de niña en la Princesa Caballero. La Dulce Poli cantaba para llamar a Supercan cautiva de Simón Barsiniestro o del enemigo público No.1 A.J.Raffles. Bullwinkle se esforzaba por pensar mientras Rocky volaba lejos de Boris, Natasha y el Amadísimo líder. Tritón recorría los siete mares, navegando en las pantallas de los televisores Telefunken y Zonda con los primeros controles remotos, perseguido por Polifemo, a una velocidad supersónica igual que Meteoro en su Match 5. Tom y Jerry destruían la casa una y otra vez al igual que los intentos fallidos de Pierre Nodoyuna haciendo trampa para ganar la Carrera de Locos, mientras en el canal 8 XHTMTV Jorge Gutierrez Zamora hacía hablar a la Calaca Tilica y Flaca al igual que la Pantera Rosa en la Caricatura del Arca de Noé.
Era una televisión sana, había mesura, una tarde de tele para niños, los adultos que tenían tiempo de acompañar a sus hijos, de igual forma regresaban a esa edad. Pancholín y Salchichita cantaban las mañanitas mientras el tío Gamboín te integraba a la lista de sobrinos, después de las cápsulas del monito reportero. Había inocencia, había imaginación, en una XHGC la imagen de México, el Canal 5 que no tenía que reinventar para ser grande, fue el primero que transmitió a color y el primero que dio color a una generación que quizá fue la última que no tuvo que convertirse en adulto siendo niño…..como Demóstenes en Don Gato SUFRO, SUFRO, SUFRO!!!...... Así que, no me fallen amiguitos, no me fallen…..

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